El INGUAT otorgó la acreditación como Embajadores de los Sellos de Bioseguridad Turística al CONAP, esta acreditación se dio para reafirmar el compromiso que la institución tiene por cumplir con la implementación de la Guía de Buenas Prácticas para prevenir el COVID-19 en Áreas Protegidas. Esta guía se lanzó oficialmente en julio del 2020 e incluye medidas sanitarias de manejo y prevención para reducir el riesgo de contagio del COVID-19 tanto para el personal como para los visitantes de las áreas protegidas.
El Sello de Bioseguridad Turística del cual el CONAP ahora es embajador busca dar seguridad y generar confianza en los turistas nacionales e internacionales y así reactivar la economía del país. El CONAP esta comprometido en implementar la Guía de Buenas Prácticas en las Áreas Protegidas, asimismo, difundir, sensibilizar, implementar y monitorear el Sello de Bioseguridad.
El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
El turismo es una actividad económica importante en el país, por ello cabe resaltar que, de los cinco destinos turísticos más visitados, cuatro son áreas protegidas siendo estas: Parque Nacional Volcán de Pacaya, Parque Nacional Río Dulce, Reserva de Uso Múltiple del Lago de Atitlán y el Parque Nacional Tikal, donde la biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible, esta ofrece oportunidades recreacionales a nacionales y extranjeros por sus valores genéticos, históricos, escénicos, recreativos, arqueológicos y protectores; además forma parte del patrimonio natural de todos los guatemaltecos.
El desarrollo del turismo en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP-, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental. Sin embargo, también representan una oportunidad para el desarrollo rural, a través de la posibilidad que brinda a las comunidades locales, dentro o alrededor de las áreas protegidas, de generar micros y pequeñas empresas dedicadas a la prestación de servicios turísticos. Según datos de 14 áreas protegidas, alrededor de 3,329 familias con pertinencia cultural indígena y mestiza se benefician de las áreas protegidas del SIGAP y su potencial para desarrollar actividades turísticas. Convirtiéndose así en gestoras de su propio desarrollo.
Para una reactivación económica en el eje turístico, el CONAP ha elaborado protocolos que contienen los lineamientos de higiene y seguridad para la prevención del COVID-19, el CONAP ha apoyado en la capacitación de diversos grupos de personas sobre la Guía de Buenas Prácticas para la Prevención del COVID-19 en áreas protegidas. Esto es parte del apoyo a las comunidades locales en el marco de una reactivación económica.
El turismo promueve el desarrollo social, económico y cultural de las comunidades rurales, ofreciendo oportunidades, sobre todo para las mujeres y los jóvenes.
El INGUAT otorgó la acreditación como Embajadores de los Sellos de Bioseguridad Turística al CONAP, esta acreditación se dio para reafirmar el compromiso que la institución tiene por cumplir con la implementación de la Guía de Buenas Prácticas para prevenir el COVID-19 en Áreas Protegidas. Esta guía se lanzó oficialmente en julio del 2020 e incluye medidas sanitarias de manejo y prevención para reducir el riesgo de contagio del COVID-19 tanto para el personal como para los visitantes de las áreas protegidas.
El Sello de Bioseguridad Turística del cual el CONAP ahora es embajador busca dar seguridad y generar confianza en los turistas nacionales e internacionales y así reactivar la economía del país. El CONAP esta comprometido en implementar la Guía de Buenas Prácticas en las Áreas Protegidas, asimismo, difundir, sensibilizar, implementar y monitorear el Sello de Bioseguridad.
El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
El turismo es una actividad económica importante en el país, por ello cabe resaltar que, de los cinco destinos turísticos más visitados, cuatro son áreas protegidas siendo estas: Parque Nacional Volcán de Pacaya, Parque Nacional Río Dulce, Reserva de Uso Múltiple del Lago de Atitlán y el Parque Nacional Tikal, donde la biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible, esta ofrece oportunidades recreacionales a nacionales y extranjeros por sus valores genéticos, históricos, escénicos, recreativos, arqueológicos y protectores; además forma parte del patrimonio natural de todos los guatemaltecos.
El desarrollo del turismo en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP-, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental. Sin embargo, también representan una oportunidad para el desarrollo rural, a través de la posibilidad que brinda a las comunidades locales, dentro o alrededor de las áreas protegidas, de generar micros y pequeñas empresas dedicadas a la prestación de servicios turísticos. Según datos de 14 áreas protegidas, alrededor de 3,329 familias con pertinencia cultural indígena y mestiza se benefician de las áreas protegidas del SIGAP y su potencial para desarrollar actividades turísticas. Convirtiéndose así en gestoras de su propio desarrollo.
Para una reactivación económica en el eje turístico, el CONAP ha elaborado protocolos que contienen los lineamientos de higiene y seguridad para la prevención del COVID-19, el CONAP ha apoyado en la capacitación de diversos grupos de personas sobre la Guía de Buenas Prácticas para la Prevención del COVID-19 en áreas protegidas. Esto es parte del apoyo a las comunidades locales en el marco de una reactivación económica.
El turismo promueve el desarrollo social, económico y cultural de las comunidades rurales, ofreciendo oportunidades, sobre todo para las mujeres y los jóvenes.
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