De acuerdo con ONU Mujeres la reducción del riesgo de desastres conlleva reducir los riesgos de desastres mediante esfuerzos para analizar y reducir sus causas. La reducción del riesgo de desastres sensible a los asuntos de género hace referencia a analizar y tener en cuenta los papeles y las relaciones de las mujeres y los hombres establecidos por las normas de género de una cultura y una sociedad determinadas. Exige prestar atención específica a los derechos de las mujeres y la igualdad de género como parte de un enfoque proactivo y centrado en las personas para reducir los riesgos y las vulnerabilidades.
Los desastres afectan a las mujeres, las niñas, los niños y los hombres de forma diferente. Las desigualdades de género aumentan la vulnerabilidad de las mujeres y limitan su acceso a la información y los recursos que necesitan para reducir los riesgos que se derivan de los desastres.
Las mujeres de todo el mundo enfrentan marginación de diferentes formas, múltiples e interrelacionadas debido a su autodeterminación y su condición de ser mujer, aunada a su condición social y económica, entorno, entre otros factores. Existen evidencias de las barreras estructurales y las relaciones desiguales de poder que dificultan el reconocimiento del importante aporte de las mujeres de esta tierra, muchas veces invisibles, enfrentan barrearas que parecieran insuperables: acceso limitado a la educación, saludo, agua potable, energía y, sobre todo a la tierra, ese terreno sagrado que ellas mismas hacen fructífero. Las mujeres rurales; sembradoras de vida y esperanza, su labor, su lucha y su legado son misterios que el mundo apenas empieza a descubrir.
Es importante resaltar que las mujeres rurales son parte activa para satisfacer las necesidades básicas individual, familiar y colectiva, sus conocimientos ancestrales han sido, son y serán fuentes de inspiración acumulados en un legado milenario de sabiduría, del utz kaslemal del vivir bien o vida armónica en permanente construcción, que implica un crecimiento de la calidad de vida material y espiritual, en estrecha vinculación y equilibrio ecológico, la demanda de las mujeres rurales es el respeto a la madre naturaleza a los ecosistemas, los ríos los arbóles, los animales, los lugares sagrados y evitar la extracción desmedida de los bienes naturales que son un obstaculo para el uso sostenible y el desarrollo socioeconómico causante de riesgos a desastres.
Las mujeres también abogan para que se deje atrás los conflictos, sobre quién debe dominar los recursos naturales, centrar la atención en la madre tierra y sus derechos porque es la Casa Común donde haya seguridad alimentaria para todas las personas, donde se pueda recuperar el recurso hídrico, como fuente de vida, biodiversidad, lugares de encuentros comunitarios y saberes de mujeres y hombres mayas, mestizos, xinkas y garífunas que son espacios de convergencia para el desarrollo humano y social.
El CONAP consciente de esta realidad, aborda en sus diferentes instrumentos de gestión como la Estrategia de Equidad de Género, aspectos metodológicos para la elaboración de estudios técnicos previo a la declaratoria de nuevas áreas protegidas, elaboración de planes maestros o en proceso de actualización, políticas institucionales con miras al aumento de participación de las mujeres rurales de Guatemala.
Bajo esta breve descripción, la Unidad de Género del Consejo Nacional de Áreas Protegidas-CONAP, en concordancia a sus funciones de asesorar, coordinar, promover y generar mecanismos que oriente el fortalecimiento de la incorporación del enfoque de género, de derechos humanos y pueblos en las proyecciones de conservación y el uso sostenible de los recursos de la diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos. La participación y el liderazgo pleno y efectivo de las mujeres rurales en todos los aspectos es crucial para alcanzar los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica y la efectiva implementación del nuevo Marco Mundial Kunming Montreal, es por ello por lo que, el establecimiento de articulación de esfuerzos individuales y colectivos son primordiales para apostar al desarrollo integral de las mujeres guatemaltecas que representa el 51.5% de la población y de esta el 25% son mujeres rurales.
Las mujeres rurales plantean la necesidad de un replanteamiento respecto a la connotación al refererise a la Madre Tierra, ellas abogan volver a recorrer los caminos ancestrales donde transitaron los abuelos y las abuelas e inculcaron respeto y cuidado a la tierra porque es el centro de la vida. Hay que recordar que desde la creación del Planeta tierra, las mujeres de innumerables generaciones han desempeñado un papel importante en la innovación y domesticación con las especies vegetales a partir de las características, su compatibilidad con el ambiente, su sistema de producción y las propiedades genéticas derivadas.
En octubre se conmemoran dos fechas relevantes, el 13 de octubre Dia Internacional de la Gestión del Riesgo a Desastres, el 15 de octubre Dia Internacional de la Mujer Rural, en ese marco de fechas se comparte este breve análisis de la situación de las mujeres rurales debido a las inversiones y a las actividades humanas en zonas peligrosas que tiene implicaciones directas en la vida de ellas.
Mujeres rurales y gestión de riesgos a desastres
De acuerdo con ONU Mujeres la reducción del riesgo de desastres conlleva reducir los riesgos de desastres mediante esfuerzos para analizar y reducir sus causas. La reducción del riesgo de desastres sensible a los asuntos de género hace referencia a analizar y tener en cuenta los papeles y las relaciones de las mujeres y los hombres establecidos por las normas de género de una cultura y una sociedad determinadas. Exige prestar atención específica a los derechos de las mujeres y la igualdad de género como parte de un enfoque proactivo y centrado en las personas para reducir los riesgos y las vulnerabilidades.
Los desastres afectan a las mujeres, las niñas, los niños y los hombres de forma diferente. Las desigualdades de género aumentan la vulnerabilidad de las mujeres y limitan su acceso a la información y los recursos que necesitan para reducir los riesgos que se derivan de los desastres.
Las mujeres de todo el mundo enfrentan marginación de diferentes formas, múltiples e interrelacionadas debido a su autodeterminación y su condición de ser mujer, aunada a su condición social y económica, entorno, entre otros factores. Existen evidencias de las barreras estructurales y las relaciones desiguales de poder que dificultan el reconocimiento del importante aporte de las mujeres de esta tierra, muchas veces invisibles, enfrentan barrearas que parecieran insuperables: acceso limitado a la educación, saludo, agua potable, energía y, sobre todo a la tierra, ese terreno sagrado que ellas mismas hacen fructífero. Las mujeres rurales; sembradoras de vida y esperanza, su labor, su lucha y su legado son misterios que el mundo apenas empieza a descubrir.
Es importante resaltar que las mujeres rurales son parte activa para satisfacer las necesidades básicas individual, familiar y colectiva, sus conocimientos ancestrales han sido, son y serán fuentes de inspiración acumulados en un legado milenario de sabiduría, del utz kaslemal del vivir bien o vida armónica en permanente construcción, que implica un crecimiento de la calidad de vida material y espiritual, en estrecha vinculación y equilibrio ecológico, la demanda de las mujeres rurales es el respeto a la madre naturaleza a los ecosistemas, los ríos los arbóles, los animales, los lugares sagrados y evitar la extracción desmedida de los bienes naturales que son un obstaculo para el uso sostenible y el desarrollo socioeconómico causante de riesgos a desastres.
Las mujeres también abogan para que se deje atrás los conflictos, sobre quién debe dominar los recursos naturales, centrar la atención en la madre tierra y sus derechos porque es la Casa Común donde haya seguridad alimentaria para todas las personas, donde se pueda recuperar el recurso hídrico, como fuente de vida, biodiversidad, lugares de encuentros comunitarios y saberes de mujeres y hombres mayas, mestizos, xinkas y garífunas que son espacios de convergencia para el desarrollo humano y social.
El CONAP consciente de esta realidad, aborda en sus diferentes instrumentos de gestión como la Estrategia de Equidad de Género, aspectos metodológicos para la elaboración de estudios técnicos previo a la declaratoria de nuevas áreas protegidas, elaboración de planes maestros o en proceso de actualización, políticas institucionales con miras al aumento de participación de las mujeres rurales de Guatemala.
Bajo esta breve descripción, la Unidad de Género del Consejo Nacional de Áreas Protegidas-CONAP, en concordancia a sus funciones de asesorar, coordinar, promover y generar mecanismos que oriente el fortalecimiento de la incorporación del enfoque de género, de derechos humanos y pueblos en las proyecciones de conservación y el uso sostenible de los recursos de la diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos. La participación y el liderazgo pleno y efectivo de las mujeres rurales en todos los aspectos es crucial para alcanzar los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica y la efectiva implementación del nuevo Marco Mundial Kunming Montreal, es por ello por lo que, el establecimiento de articulación de esfuerzos individuales y colectivos son primordiales para apostar al desarrollo integral de las mujeres guatemaltecas que representa el 51.5% de la población y de esta el 25% son mujeres rurales.
Las mujeres rurales plantean la necesidad de un replanteamiento respecto a la connotación al refererise a la Madre Tierra, ellas abogan volver a recorrer los caminos ancestrales donde transitaron los abuelos y las abuelas e inculcaron respeto y cuidado a la tierra porque es el centro de la vida. Hay que recordar que desde la creación del Planeta tierra, las mujeres de innumerables generaciones han desempeñado un papel importante en la innovación y domesticación con las especies vegetales a partir de las características, su compatibilidad con el ambiente, su sistema de producción y las propiedades genéticas derivadas.
En octubre se conmemoran dos fechas relevantes, el 13 de octubre Dia Internacional de la Gestión del Riesgo a Desastres, el 15 de octubre Dia Internacional de la Mujer Rural, en ese marco de fechas se comparte este breve análisis de la situación de las mujeres rurales debido a las inversiones y a las actividades humanas en zonas peligrosas que tiene implicaciones directas en la vida de ellas.
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