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Comunicación Social junio 5, 2025 2:24 pm 0 Comments

El medio ambiente vital para la sostenibilidad del mundo

La Constitución Política de la República de Guatemala en su artículo 64 declara de interés nacional la conservación, protección y mejoramiento del patrimonio natural, por lo que es obligación de todas las personas e instituciones velar por su conservación y restablecimiento; en ese marco, el CONAP como entidad rectora de la biodiversidad y las áreas protegidas del país, hace énfasis y respalda la entrada en vigencia del Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, Acuerdo Gubernativo No. 164-2021, esto con el fin de prevenir y contrarrestar la contaminación para mantener el equilibrio ecológico y garantizar los bienes y servicios que las áreas protegidas proveen y además, evitar la  depredación de los ecosistemas naturales.

En ese sentido, las áreas protegidas juegan un papel importante ya que son refugios esenciales para la biodiversidad y espacios clave para el turismo sostenible. Sin embargo, la creciente acumulación de desechos sólidos dentro de estos ecosistemas representa una amenaza grave para la fauna, la flora y el atractivo natural de estos lugares. Y la acumulación de desechos degrada el paisaje, disminuye la calidad de la experiencia de los visitantes y afecta la economía local que depende del ecoturismo. Un entorno limpio y bien conservado no solo protege la biodiversidad, sino que también garantiza la sostenibilidad del turismo en estas áreas. 

La acumulación de desechos fomenta la proliferación de microorganismos patógenos que afectan las condiciones de vida para las especies que habitan en estas zonas. Además, las fuentes de agua, que son esenciales para la fauna silvestre y para las comunidades están siendo severamente impactadas negativamente por el vertido de desechos.

Los ríos, lagos y arroyos en áreas protegidas cada vez más están siendo contaminados lo que reduce la calidad del agua afectando la salud de los ecosistemas acuáticos y pone en riesgo el acceso a agua limpia para la población; el mal manejo de desechos sólidos fomenta el crecimiento descontrolado de algas reduciendo así la oxigenación del agua afectando la vida acuática. Este desequilibrio compromete tanto la biodiversidad local como los servicios ecosistémicos que estos brindan.

Según Naciones Unidas cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico y se cree que la mitad de este material se concibe para una vida útil de un solo uso, menos del 10% se recicla, además, se estima que 11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Eso equivale al peso de alrededor de 1,089 Torre Eiffeles juntas. Asimismo, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 mm) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire.

Se estima que las personas ingieren más de 50.000 partículas de plástico cada año, e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas. Los productos plásticos de un solo uso que resultan desechados o quemados no solamente perjudican a la salud humana y la biodiversidad, sino que igualmente contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos de montaña hasta el lecho marino.

Este Día Mundial del Medio Ambiente, el CONAP también se suma a la visibilización de la importancia de los recursos naturales para la sobrevivencia de la población e invita al a población a transformar la relación con el plástico: a rechazarlo, reducirlo, reutilizarlo, reciclarlo y, sobre todo, a repensarlo para construir un futuro más limpio y sostenible.

El tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C este siglo, debemos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030. Si no actuamos ya, la exposición a aire contaminado aumentará en un 50% en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para el 2040.

Las áreas protegidas son fuente de agua y son esenciales para las comunidades, pero en la época seca es cuando menos caudal tienen los ríos y se forman playas de basura donde se concentra la contaminación. El agua contaminada no puede ser consumida por el ser humano y es de alto riesgo para el riego de hortalizas y otras plantas alimenticias ya que puede contener altos niveles de toxicidad y de micro plásticos.

La fauna silvestre, al ingerir o entrar en contacto con residuos plásticos o sustancias tóxicas sufren daños irreparables a su salud, ocasionando la disminución de las poblaciones de especies. Además, la acumulación de desechos fomenta la proliferación de microorganismos patógenos que empeoran las condiciones de vida para las especies que habitan en estas zonas.

Por lo que el CONAP hace un llamado a la población, a las instituciones, Municipalidades y a todos los sectores de la sociedad guatemalteca a cumplir con la normativa contenida en el Reglamento para la Gestión Integral de los residuos y desechos sólidos comunes, con la finalidad de proteger y conservar la diversidad biológica y garantizar el cuidado de nuestra casa común.

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