En el marco de la Estrategia Nacional de Manejo y Conservación de Tortugas Marinas de Guatemala, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- da a conocer que en el mes de julio da inicio la temporada de anidación de tortugas marinas. Por lo que, a los residentes de las zonas costeras, se les informa que esta es una fase del ciclo de vida que las tortugas realizan en nuestras playas.
Cada año Guatemala recibe la visita de 6 de las 8 especies de tortugas marinas que existen en el mundo: Parlama, Baule, Carey, Cabezona, Verde, Verde o Negra del Pacífico. Estas especies se encuentran en la Lista de Especies Amenazadas de Guatemala -LEA-, en la Ley General de Pesca y Acuicultura (Decreto No. 80-2002). A nivel internacional se encuentran protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres -CITES- y la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas –CIT-.
En este sentido, el CONAP ha creado mecanismos legales, autorizando el consumo de huevos de la tortuga parlama (Lepidochelys olivacea) siempre y cuando se entregue el 20% del total de un nido encontrado, cantidad que corresponde al sistema conocido como “Cuota de Conservación” a los tortugarios, para continuar con el proceso de cuidado a la espera de la eclosión de los huevos y liberación de neonatos. Este es un mecanismo de conservación fundamental para el sostenimiento de las poblaciones de esta especie en particular. Ante el CONAP, actualmente hay más de veinte tortugarios registrados, los cuales deben reportar los datos obtenidos del manejo correspondiente a cada temporada.
En el año 2019, se sembraron 513,009 huevos y se liberaron 475,327 neonatos de tortugas marinas, logrando un porcentaje de eclosión de 92%. Al momento de considerar las liberaciones de neonatos, deben tomarse en cuenta las restricciones emitidas por el Gobierno Central, con el fin de que esta actividad no incurra en un riesgo potencial para la salud de los integrantes de las comunidades, así como de los trabajadores de cada tortugario.
En los últimos años en las playas guatemaltecas como en otras ciudades costeras a nivel mundial, se ha identificado que la alteración del hábitat de anidación de tortugas marinas ha ido incrementando notablemente (Witherington 2000). Las playas han sufrido la presión de una creciente demanda (Chacón & Arauz 2001) para el desarrollo de actividades turísticas, construcción de hoteles, restaurantes y residencias (Lutcavage et al. 1997, Parra 2002), implicando cambios en la estructura física de las playas y un incremento de la luz artificial (Chacón & Arauz 2001).
Se ha documentado que la construcción de obra gris, la iluminación artificial, así como la intensidad de esta en las playas, la presencia de obstáculos (como desechos inorgánicos) y la utilización de vehículos; afecta la anidación de las tortugas marinas, que con frecuencia se observa que evitan este tipo de condiciones físicas o alteraciones producidas por el ser humano, disminuyendo los intentos de anidación.
Por lo que es de suma importancia que colaboremos y trabajemos de forma conjunta con la limpieza de playas anticipando la llegada de las hembras reproductoras, utilizar productos biodegradables para evitar así el aumento de desechos. Contar con una playa limpia, evitando en lo posible el impacto negativo de las construcciones a la orilla de las playas, disminuir los obstáculos, permitirá que las tortugas marinas depositen sus huevos adecuadamente, después de la línea de marea alta.
“A los residentes de las zonas costeras, se pide el apoyo para que las tortugas marinas puedan anidar sin mayor problema, evitando la iluminación artificial, trabajando en conjunto con la limpieza en playas y evitar la utilización de vehículos, lo que permitirá que las tortugas marinas depositen sus huevos adecuadamente. Todas las buenas acciones que realicemos y la conciencia ambiental que tomemos, disminuirá de alguna manera las constantes amenazas que han diezmado las poblaciones de tortugas marinas”. Abraham Estrada, Secretario Ejecutivo del CONAP.
¡Yo me sumo, protejo las tortugas marinas y sus huevos!
En el marco de la Estrategia Nacional de Manejo y Conservación de Tortugas Marinas de Guatemala, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- da a conocer que en el mes de julio da inicio la temporada de anidación de tortugas marinas. Por lo que, a los residentes de las zonas costeras, se les informa que esta es una fase del ciclo de vida que las tortugas realizan en nuestras playas.
Cada año Guatemala recibe la visita de 6 de las 8 especies de tortugas marinas que existen en el mundo: Parlama, Baule, Carey, Cabezona, Verde, Verde o Negra del Pacífico. Estas especies se encuentran en la Lista de Especies Amenazadas de Guatemala -LEA-, en la Ley General de Pesca y Acuicultura (Decreto No. 80-2002). A nivel internacional se encuentran protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres -CITES- y la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas –CIT-.
En este sentido, el CONAP ha creado mecanismos legales, autorizando el consumo de huevos de la tortuga parlama (Lepidochelys olivacea) siempre y cuando se entregue el 20% del total de un nido encontrado, cantidad que corresponde al sistema conocido como “Cuota de Conservación” a los tortugarios, para continuar con el proceso de cuidado a la espera de la eclosión de los huevos y liberación de neonatos. Este es un mecanismo de conservación fundamental para el sostenimiento de las poblaciones de esta especie en particular. Ante el CONAP, actualmente hay más de veinte tortugarios registrados, los cuales deben reportar los datos obtenidos del manejo correspondiente a cada temporada.
En el año 2019, se sembraron 513,009 huevos y se liberaron 475,327 neonatos de tortugas marinas, logrando un porcentaje de eclosión de 92%. Al momento de considerar las liberaciones de neonatos, deben tomarse en cuenta las restricciones emitidas por el Gobierno Central, con el fin de que esta actividad no incurra en un riesgo potencial para la salud de los integrantes de las comunidades, así como de los trabajadores de cada tortugario.
En los últimos años en las playas guatemaltecas como en otras ciudades costeras a nivel mundial, se ha identificado que la alteración del hábitat de anidación de tortugas marinas ha ido incrementando notablemente (Witherington 2000). Las playas han sufrido la presión de una creciente demanda (Chacón & Arauz 2001) para el desarrollo de actividades turísticas, construcción de hoteles, restaurantes y residencias (Lutcavage et al. 1997, Parra 2002), implicando cambios en la estructura física de las playas y un incremento de la luz artificial (Chacón & Arauz 2001).
Se ha documentado que la construcción de obra gris, la iluminación artificial, así como la intensidad de esta en las playas, la presencia de obstáculos (como desechos inorgánicos) y la utilización de vehículos; afecta la anidación de las tortugas marinas, que con frecuencia se observa que evitan este tipo de condiciones físicas o alteraciones producidas por el ser humano, disminuyendo los intentos de anidación.
Por lo que es de suma importancia que colaboremos y trabajemos de forma conjunta con la limpieza de playas anticipando la llegada de las hembras reproductoras, utilizar productos biodegradables para evitar así el aumento de desechos. Contar con una playa limpia, evitando en lo posible el impacto negativo de las construcciones a la orilla de las playas, disminuir los obstáculos, permitirá que las tortugas marinas depositen sus huevos adecuadamente, después de la línea de marea alta.
“A los residentes de las zonas costeras, se pide el apoyo para que las tortugas marinas puedan anidar sin mayor problema, evitando la iluminación artificial, trabajando en conjunto con la limpieza en playas y evitar la utilización de vehículos, lo que permitirá que las tortugas marinas depositen sus huevos adecuadamente. Todas las buenas acciones que realicemos y la conciencia ambiental que tomemos, disminuirá de alguna manera las constantes amenazas que han diezmado las poblaciones de tortugas marinas”. Abraham Estrada, Secretario Ejecutivo del CONAP.
¡Yo me sumo, protejo las tortugas marinas y sus huevos!
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