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Comunicación Social junio 2, 2021 10:58 am 0 Comments

El Consejo Nacional de Áreas Protegidas enfoca sus esfuerzos para el resguardo y uso sostenible de la riqueza natural y cultural de las áreas protegidas, entre ellas realiza acciones conjuntas con aliados estratégicos. La Dirección Regional Nororiente del CONAP trabaja en campañas de educación y divulgación en la región, considerando que para el logro de los objetivos de la Ley de Áreas Protegidas se necesita de la participación activa de todos los guatemaltecos, en pro de la protección, conservación y uso sostenible de los recursos naturales.

Actualmente existe una campaña de “Apadrinamiento de Nidos de Tortuga Marina Carey”, consiste que durante la época de anidación de la Tortuga Carey, la población y pescadores ayudan a la conservación de las tortugas marinas, llevando los huevos al Vivero Guatemala ubicado en San Francisco del Mar, área protegida Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique.

Los huevos son incubados y monitoreados por el personal guardarrecursos del CONAP hasta el momento de su eclosión. Esta campaña se hace con ayuda de entidades como Semillas del Océano y la Municipalidad de Puerto Barrios; y se realiza todos los años en las playas de Punta de Manabique.

Características de la Tortuga Marina Carey

  • Nombre común Carey
  • Nombre científico Eretmochelys imbricata
  • Longitud promedio (LCC) 85,97 cm; n=148 (Chacón, 2004a)
  • Frecuencia de reanidación 5 veces/temporada
  • Intervalo de reanidación 14-16 días
  • Remigración 2-3 años
  • Tamaño nidada promedio 155 huevos/nido
  • Tamaño de huellas 70-85 cm
  • Simetría de huella Asimétrica
  • Profundidad y ancho de nido Aprox. 55-30cm
  • Periodo de anidación en el M, J, J, A, S, O, N
  • Litoral Caribe
  • Temperatura pivotal 29.32 °C
  • Tiempo de incubación 47-75 días

Características generales: Cuatro pares de escudos laterales en el caparazón. Cabeza alargada. Mandíbula superior proyectada hacia delante. Bordes de los escudos del caparazón se sobreponen, borde del caparazón se presenta aserrado, especialmente en juveniles. Los adultos pueden pesar entre los 25 y 90 Kg. y el promedio entre los 45 y 70 kg. Su caparazón puede llegar a medir entre los 65 y 90 cm, tiene unos colores entre amarillo hasta negro pasando por las naranjas y distintas tonalidades de rojo, las placas que conforman el caparazón están traslapadas. Sus aletas frontales por lo general tienen dos uñas y en la parte frontal de su cabeza se pueden distinguir dos partes de escamas y tres escamas detrás de sus ojos (Gulko y Eckert, 2004).

Antecedentes:

La historia de la conservación de tortugas marinas en Guatemala se basa en un alto porcentaje en el uso de tortugarios (viveros o corrales) en donde donaciones voluntarias de huevos son incubados y luego los neonatos son liberados en las playas con rumbo al mar.

 En 1971, el Instituto Nacional Forestal –INAFOR- que en la actualidad es el Instituto Nacional de Bosques -INAB-, estableció el primer tortugario en la aldea Hawaii, comunidad pesquera ubicada a 8 kilómetros al este de Monterrico, el cual marcó el banderazo de salida al establecimiento de nuevos tortugarios a lo largo del litoral de la costa Pacifica por parte de INAFOR y otras entidades. A través de los años, el número de tortugarios funcionando en Guatemala ha variado entre 16 a 30, dependiendo en los recursos y patrocinadores disponibles. El manejo y patrocinio de los mismos también ha variado, siendo actores en este proceso distintas oenegés, instituciones educativas y agencias gubernamentales.

Los tortugarios guatemaltecos tienen una base fundamentalmente comunitaria, ya que la mayoría de los huevos incubados son producto de donaciones voluntarias por parte de residentes locales. El éxito del tortugario depende de la colaboración de las comunidades locales y a la vez que los comunitarios tomen conciencia de la importancia de manejo sosteniblemente del recurso de las tortugas marinas.

El tortugario guatemalteco, no es solo un vivero para la incubación de los huevos de tortuga marina, también es una institución comunitaria a través de la que se desarrollan otros proyectos conservacionistas, educativos, eco turísticos y comunitarios. La observación de la anidación de tortugas y la liberación de neonatos en la playa es una atracción turística que cada vez apoya más a la economía local. Los administradores de tortugarios llevan a cabo actividades educativas en escuelas locales, reciben grupos de estudiantes, y desarrollan proyectos comunitarios juntamente con los residentes locales.

El tortugario es muy importante para la generación de datos científicos no solamente respecto a la tortuga marina, si no también de otros aspectos de la ecología costera -manglar local, estos datos se utilizan en la toma de decisiones en el manejo de recursos naturales al nivel local, nacional y regional.

No todos los tortugarios guatemaltecos son iguales y existen muchas comunidades costeras en donde no hay tortugarios o en donde los tortugarios están funcionando a un nivel bajo, recolectando pocos huevos, generando datos científicos no-confiables, y llevando a cabo pocas  actividades educativas y comunitarias. Se ha demostrado en los tortugarios más éxitosos del país, que una comunidad organizada y estrechamente vinculada con la administración de los tortugarios ayuda a garantizar la protección viable a largo plazo de las tortugas marinas, especialmente tomando en cuenta los límites presupuestarios del Estado. (Guía para la Conservación de las Tortugas Marinas en Guatemala, con un énfasis en el manejo de tortugarios).

El CONAP sigue realizando un trabajo arduo para el resguardo de las áreas protegidas y la diversidad biológica, esto a través de sus sedes regionales a nivel nacional, con la mística de servicio que caracteriza a su personal, entregados a la labor diaria para el cuidado del patrimonio natural de los guatemaltecos.