El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
Foto: Iván Castro
El desarrollo de la actividad turística en el SIGAP, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de protección y conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental.
De las 349 áreas protegidas que conforman el SIGAP, 65 de estas poseen las condiciones para desarrollar actividades turísticas. Entre este grupo destacan los principales destinos turísticos del país: Parque Nacional Tikal, Lago de Atitlán, Parque Nacional Río Dulce, Parque Nacional Volcán de Pacaya y el Monumento Natural Semuc Champey; espacios propicios para el desarrollo de actividades de esparcimiento, recreación y deporte, favoreciendo así la salud física y mental de quienes las visitan.
El turismo es una actividad importante para el país, al ser la segunda actividad principal generadora de divisas, sin embargo, es uno de los sectores económicos más afectados por la pandemia actual; por ello es importante realizar acciones que permitan una reactivación económica en el corto plazo, pero con medidas de bioseguridad adecuadas.
En ese sentido, el INGUAT otorgó la acreditación como Embajadores del Sello de Bioseguridad Turística al CONAP, esta acreditación se dio para reafirmar el compromiso que la institución tiene por cumplir con la implementación de la Guía de Buenas Prácticas para prevenir el COVID-19 en Áreas Protegidas; la cual incluye medidas sanitarias de manejo y prevención para reducir el riesgo de contagio del COVID-19 tanto para el personal como para los visitantes de las áreas protegidas.
El Sello de Bioseguridad Turística del cual el CONAP ahora es embajador, busca dar seguridad y generar confianza en los turistas nacionales e internacionales y así contribuir a reactivar la economía del país. El CONAP está comprometido en implementar la Guía de Buenas Prácticas en las Áreas Protegidas, asimismo, difundir, sensibilizar, implementar y monitorear el Sello de Bioseguridad, por un turismo responsable.
Foto: Iván Castro
La biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible.
El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
Foto: Iván Castro
El desarrollo de la actividad turística en el SIGAP, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de protección y conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental.
De las 349 áreas protegidas que conforman el SIGAP, 65 de estas poseen las condiciones para desarrollar actividades turísticas. Entre este grupo destacan los principales destinos turísticos del país: Parque Nacional Tikal, Lago de Atitlán, Parque Nacional Río Dulce, Parque Nacional Volcán de Pacaya y el Monumento Natural Semuc Champey; espacios propicios para el desarrollo de actividades de esparcimiento, recreación y deporte, favoreciendo así la salud física y mental de quienes las visitan.
El turismo es una actividad importante para el país, al ser la segunda actividad principal generadora de divisas, sin embargo, es uno de los sectores económicos más afectados por la pandemia actual; por ello es importante realizar acciones que permitan una reactivación económica en el corto plazo, pero con medidas de bioseguridad adecuadas.
En ese sentido, el INGUAT otorgó la acreditación como Embajadores del Sello de Bioseguridad Turística al CONAP, esta acreditación se dio para reafirmar el compromiso que la institución tiene por cumplir con la implementación de la Guía de Buenas Prácticas para prevenir el COVID-19 en Áreas Protegidas; la cual incluye medidas sanitarias de manejo y prevención para reducir el riesgo de contagio del COVID-19 tanto para el personal como para los visitantes de las áreas protegidas.
El Sello de Bioseguridad Turística del cual el CONAP ahora es embajador, busca dar seguridad y generar confianza en los turistas nacionales e internacionales y así contribuir a reactivar la economía del país. El CONAP está comprometido en implementar la Guía de Buenas Prácticas en las Áreas Protegidas, asimismo, difundir, sensibilizar, implementar y monitorear el Sello de Bioseguridad, por un turismo responsable.
Foto: Iván Castro
La biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible.
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Guatemala, 2 de junio del 2021.
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