Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila &Chiron
Fue designada Flor Nacional, según Acuerdo de Gobierno de fecha 21 de febrero de 1934, firmado por Jorge Ubico y el Secretario de Estado en el departamento de Agricultura, Guillermo Cruz.
Guatemala, 21 de febrero 2021. Guatemala posee una enorme riqueza natural y cultural, esto se puede comprobar cuando se recorre el país lleno de una gran variedad de vida. El patrimonio natural y cultural es fundamental para el desarrollo social y económico de la nación y ha valido para que se reconozca a Guatemala como uno de los 19 países megadiversos del planeta.
En Guatemala existe una especie de orquídea que por su belleza y singularidad se escogió desde hace varias décadas como uno de nuestros símbolos patrios, la Monja Blanca Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila &Chiron, que es un ícono de belleza y pureza que conserva características especiales brindadas por los bosques húmedos de las Verapaces.
Sin embargo, esta especie tiene grandes amenazas como la destrucción de su hábitat y por el saqueo sistemático cuando la extraen ilegalmente del bosque; prácticamente se considera que estas han sido las causas de la desaparición de la especie, por lo que desde hace aproximadamente dos décadas no se encuentra en su hábitat; no obstante, existen iniciativas para la conservación de la Monja Blanca, como la que el CONAP realizó en el año 2014, dando un paso importante para el rescate de este ícono nacional, a través del Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza -FONACON-, se buscó generar conocimiento y reproducir ejemplares para que fueran reintroducidas a su hábitat natural, realizando un estudio y acciones estratégicas para su rescate.
Asimismo, Fredy Archila en el año 1990, fundó la Estación Experimental de Orquídeas, desde ese espacio, promueve la investigación, educación ambiental y reproducción de especies amenazadas. En el año 2017, introdujo 400 monjas blancas a los bosques de Guatemala, y en 2018, insertó 300 más. En la actualidad, la estación cuenta con 1 mil 500 plantas de esa especie en crecimiento, que en un futuro cercano serán llevadas a su hábitat natural.
Antedecentes:
La Monja Blanca es una forma taxonómica que perdió su pigmentación rosada (o morada) y solo conserva su pigmentación amarilla en el centro del labelo, por lo que técnicamente se puede decir que es una forma semialbina en la especie Lycaste virginalis. Aunque su descubrimiento para la ciencia se da a mediados del siglo XIX, es una planta que ha sido utilizada por la cultura maya y asociada a rituales durante cientos de años. (Archila 2002).
La Monja Blanca Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila & Chiron, fue descubierta y utilizada por los mayas de tierras altas de la Verapaz, mucho tiempo antes de la conquista española, una de las ideas de su nombre es que la llamaban Saqi ixq (Archila 2011), que significa mujer blanca o hembra blanca, por la forma de mujer que tiene la columna reproductiva o gynostemium, con la llegada de los españoles a la región, el nombre cambió a Monja Blanca, ya que ellos indicaban que parecía una monja en posición de oración (Archila 2014).
Los pobladores Q’eqchi´ la han utilizado en rituales o como ornamento de sus jardines, en la época colonial para adornar algunas ermitas, dándole a la planta una gran importancia y colocándola entre su grupo de plantas sagradas (Archila 2012).
Actualmente la Estación Experimental de Orquídeas de la Familia Archila, institución reconocida por el CONAP como centro de rescate, posee especímenes de nuestra Flor Nacional con trazabilidad, es decir se conoce a ciencia cierta que estas fueron rescatadas de bosques talados antes de ser quemadas para luego sembrar cultivos agrícolas. Además, se le han realizado estudios moleculares para estar seguros de su pureza.
El CONAP continúa trabajando en pro de la diversidad biológica y las áreas protegidas para conservar el patrimonio natural de Guatemala y poder recuperar la eterna primavera.
Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila &Chiron
Fue designada Flor Nacional, según Acuerdo de Gobierno de fecha 21 de febrero de 1934, firmado por Jorge Ubico y el Secretario de Estado en el departamento de Agricultura, Guillermo Cruz.
Guatemala, 21 de febrero 2021. Guatemala posee una enorme riqueza natural y cultural, esto se puede comprobar cuando se recorre el país lleno de una gran variedad de vida. El patrimonio natural y cultural es fundamental para el desarrollo social y económico de la nación y ha valido para que se reconozca a Guatemala como uno de los 19 países megadiversos del planeta.
En Guatemala existe una especie de orquídea que por su belleza y singularidad se escogió desde hace varias décadas como uno de nuestros símbolos patrios, la Monja Blanca Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila &Chiron, que es un ícono de belleza y pureza que conserva características especiales brindadas por los bosques húmedos de las Verapaces.
Sin embargo, esta especie tiene grandes amenazas como la destrucción de su hábitat y por el saqueo sistemático cuando la extraen ilegalmente del bosque; prácticamente se considera que estas han sido las causas de la desaparición de la especie, por lo que desde hace aproximadamente dos décadas no se encuentra en su hábitat; no obstante, existen iniciativas para la conservación de la Monja Blanca, como la que el CONAP realizó en el año 2014, dando un paso importante para el rescate de este ícono nacional, a través del Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza -FONACON-, se buscó generar conocimiento y reproducir ejemplares para que fueran reintroducidas a su hábitat natural, realizando un estudio y acciones estratégicas para su rescate.
Asimismo, Fredy Archila en el año 1990, fundó la Estación Experimental de Orquídeas, desde ese espacio, promueve la investigación, educación ambiental y reproducción de especies amenazadas. En el año 2017, introdujo 400 monjas blancas a los bosques de Guatemala, y en 2018, insertó 300 más. En la actualidad, la estación cuenta con 1 mil 500 plantas de esa especie en crecimiento, que en un futuro cercano serán llevadas a su hábitat natural.
Antedecentes:
La Monja Blanca es una forma taxonómica que perdió su pigmentación rosada (o morada) y solo conserva su pigmentación amarilla en el centro del labelo, por lo que técnicamente se puede decir que es una forma semialbina en la especie Lycaste virginalis. Aunque su descubrimiento para la ciencia se da a mediados del siglo XIX, es una planta que ha sido utilizada por la cultura maya y asociada a rituales durante cientos de años. (Archila 2002).
La Monja Blanca Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila & Chiron, fue descubierta y utilizada por los mayas de tierras altas de la Verapaz, mucho tiempo antes de la conquista española, una de las ideas de su nombre es que la llamaban Saqi ixq (Archila 2011), que significa mujer blanca o hembra blanca, por la forma de mujer que tiene la columna reproductiva o gynostemium, con la llegada de los españoles a la región, el nombre cambió a Monja Blanca, ya que ellos indicaban que parecía una monja en posición de oración (Archila 2014).
Los pobladores Q’eqchi´ la han utilizado en rituales o como ornamento de sus jardines, en la época colonial para adornar algunas ermitas, dándole a la planta una gran importancia y colocándola entre su grupo de plantas sagradas (Archila 2012).
Actualmente la Estación Experimental de Orquídeas de la Familia Archila, institución reconocida por el CONAP como centro de rescate, posee especímenes de nuestra Flor Nacional con trazabilidad, es decir se conoce a ciencia cierta que estas fueron rescatadas de bosques talados antes de ser quemadas para luego sembrar cultivos agrícolas. Además, se le han realizado estudios moleculares para estar seguros de su pureza.
El CONAP continúa trabajando en pro de la diversidad biológica y las áreas protegidas para conservar el patrimonio natural de Guatemala y poder recuperar la eterna primavera.
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