El Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP-, trabaja para asegurar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y las áreas protegidas del país. En ese marco resalta la importancia de todas las especies de fauna silvestre en el ecosistema y en esta ocasión a los manatíes.
Guatemala cuenta con el Acuerdo Presidencial del 17 de Diciembre de 1981, que prohíbe la cacería del manatí y que sigue en vigencia hasta hoy en día. El CONAP como parte de sus esfuerzos por la conservación de la diversidad biológica realizó junto a aliados estratégicos la Estrategia Nacional para la conservación del Manatí y su Hábitat la cual tiene como objetivos:
– Manejar y proteger el hábitat del manatí y sus zonas de influencia en la región del Caribe guatemalteco. – Proteger y monitorear la población actual de manatíes en la región del Caribe guatemalteco. – Aumentar la valoración social y cultural del manatí en su área de distribución natural de Guatemala.
El Manatí Antillano (Trichechus manatus manatus) está dentro de la Categoría 2 de la Lista de Especies Amenazadas de Guatemala -LEA-, ya que se encuentra en grave peligro de extinción debido a la perdida de hábitat, su comercio y por presentar población pequeña.
La especie se encuentra presente en el Caribe guatemalteco y para el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, en cuatro áreas protegidas: Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic; Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique; Área de Usos Múltiples Río Sarstún; Parque Nacional Río Dulce y en el Lago de Izabal.
El CONAP dentro de las acciones para la conservación del manatí realiza actualmente: capacitación a guardarrecursos para realizar reportes de varamientos vivos o muertos. Registro de eventos como: avistamientos, reproducción, actividades ilegales de caza y educación ambiental.
La Unión Europea a través del programa Euroclima+, implementado por CISP y su socio local ASOPROGAL se han unido a este esfuerzo en el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique, realizando acciones para la conservación del ecosistema que beneficia a esta especie en peligro de extinción.
Las amenazas que enfrenta esta especie es la cacería ilegal por su carne, el tránsito de embarcaciones que navegan rápidamente por las aguas, uso no regulado de redes de pesca y trasmallos, que provocan que los manatíes queden atrapados accidentalmente en ellas, perdida del hábitat provocada por el tránsito de embarcaciones, así como la deforestación, la sedimentación, la alteración de las cuencas y la contaminación de sus aguas.
Estos animales son apacibles y lentos. La mayor parte de su tiempo se dedican a comer, descansar y viajar. Los manatíes son mayormente herbívoros, sin embargo, en ocasiones pueden ingerir pequeños peces e invertebrados junto con la vegetación, la cual es la dieta normal de un manatí. Se alimentan de una gran variedad de plantas emergentes, sumergidas y flotantes y pueden consumir el 10-15% de su peso corporal, a diario, en vegetación.
Debido a que son mamíferos, tienen que emerger para respirar aire. Ellos pueden descansar sumergidos en el fondo o justo debajo de la superficie del agua, llegando a respirar en promedio cada tres a cinco minutos. Cuando los manatíes utilizan una gran cantidad de energía, pueden salir a la superficie para respirar cada 30 segundos. En reposo, se sabe que los manatíes pueden permanecer sumergido hasta por 20 minutos. Los manatíes pueden nadar a una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora en distancias cortas, pero lo usual es que naden a una velocidad de 5 a 8 kilómetros por hora.
Los manatíes se encuentran en aguas llanas, ríos lentos, estuarios, bahías de agua salada, canales y zonas costeras – en particular donde las praderas de hierbas marinas o las vegetaciones de agua dulce proliferan.
La tasa de reproducción de los manatíes es baja. Los manatíes no son sexualmente maduros hasta alrededor de los cinco años. Se cree que una cría nace cada dos a cinco años, y los gemelos son poco frecuentes. El período de gestación es de 13 meses. Las madres amamantan a sus crías durante uno o dos años, tiempo durante el cual una cría sigue dependiendo de su madre.
Continuamos trabajando para proteger y conservar la diversidad biológica del país.
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP-, trabaja para asegurar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y las áreas protegidas del país. En ese marco resalta la importancia de todas las especies de fauna silvestre en el ecosistema y en esta ocasión a los manatíes.
Guatemala cuenta con el Acuerdo Presidencial del 17 de Diciembre de 1981, que prohíbe la cacería del manatí y que sigue en vigencia hasta hoy en día. El CONAP como parte de sus esfuerzos por la conservación de la diversidad biológica realizó junto a aliados estratégicos la Estrategia Nacional para la conservación del Manatí y su Hábitat la cual tiene como objetivos:
– Manejar y proteger el hábitat del manatí y sus zonas de influencia en la región del Caribe guatemalteco.
– Proteger y monitorear la población actual de manatíes en la región del Caribe guatemalteco.
– Aumentar la valoración social y cultural del manatí en su área de distribución natural de Guatemala.
El Manatí Antillano (Trichechus manatus manatus) está dentro de la Categoría 2 de la Lista de Especies Amenazadas de Guatemala -LEA-, ya que se encuentra en grave peligro de extinción debido a la perdida de hábitat, su comercio y por presentar población pequeña.
La especie se encuentra presente en el Caribe guatemalteco y para el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, en cuatro áreas protegidas: Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic; Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique; Área de Usos Múltiples Río Sarstún; Parque Nacional Río Dulce y en el Lago de Izabal.
El CONAP dentro de las acciones para la conservación del manatí realiza actualmente: capacitación a guardarrecursos para realizar reportes de varamientos vivos o muertos. Registro de eventos como: avistamientos, reproducción, actividades ilegales de caza y educación ambiental.
La Unión Europea a través del programa Euroclima+, implementado por CISP y su socio local ASOPROGAL se han unido a este esfuerzo en el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique, realizando acciones para la conservación del ecosistema que beneficia a esta especie en peligro de extinción.
Las amenazas que enfrenta esta especie es la cacería ilegal por su carne, el tránsito de embarcaciones que navegan rápidamente por las aguas, uso no regulado de redes de pesca y trasmallos, que provocan que los manatíes queden atrapados accidentalmente en ellas, perdida del hábitat provocada por el tránsito de embarcaciones, así como la deforestación, la sedimentación, la alteración de las cuencas y la contaminación de sus aguas.
Estos animales son apacibles y lentos. La mayor parte de su tiempo se dedican a comer, descansar y viajar. Los manatíes son mayormente herbívoros, sin embargo, en ocasiones pueden ingerir pequeños peces e invertebrados junto con la vegetación, la cual es la dieta normal de un manatí. Se alimentan de una gran variedad de plantas emergentes, sumergidas y flotantes y pueden consumir el 10-15% de su peso corporal, a diario, en vegetación.
Debido a que son mamíferos, tienen que emerger para respirar aire. Ellos pueden descansar sumergidos en el fondo o justo debajo de la superficie del agua, llegando a respirar en promedio cada tres a cinco minutos. Cuando los manatíes utilizan una gran cantidad de energía, pueden salir a la superficie para respirar cada 30 segundos. En reposo, se sabe que los manatíes pueden permanecer sumergido hasta por 20 minutos. Los manatíes pueden nadar a una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora en distancias cortas, pero lo usual es que naden a una velocidad de 5 a 8 kilómetros por hora.
Los manatíes se encuentran en aguas llanas, ríos lentos, estuarios, bahías de agua salada, canales y zonas costeras – en particular donde las praderas de hierbas marinas o las vegetaciones de agua dulce proliferan.
La tasa de reproducción de los manatíes es baja. Los manatíes no son sexualmente maduros hasta alrededor de los cinco años. Se cree que una cría nace cada dos a cinco años, y los gemelos son poco frecuentes. El período de gestación es de 13 meses. Las madres amamantan a sus crías durante uno o dos años, tiempo durante el cual una cría sigue dependiendo de su madre.
Continuamos trabajando para proteger y conservar la diversidad biológica del país.
Guatemala, 7 de septiembre 2021
Facebook
Twitter
Tags