Para el año 2020 el Día Mundial del Turismo se celebra la capacidad excepcional del turismo para crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y preservar el patrimonio cultural y natural.
Bajo el lema de “Turismo y desarrollo rural”, la celebración internacional de este año llega en un momento crítico, cuando los países de todo el mundo miran al turismo para impulsar la recuperación económica y lo hacen también las comunidades rurales, donde el sector es un empleador importante y un pilar económico.
La edición del 2020 llega además cuando los Gobiernos ponen la vista en el sector para recuperarse de los efectos de la pandemia y a la vez que crece el reconocimiento del turismo al más alto nivel en las Naciones Unidas, “Para las comunidades rurales, los pueblos indígenas y otras muchas poblaciones históricamente marginadas, el turismo ha sido un vehículo de integración, empoderamiento y generación de ingresos” según el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo representa el 10% del Producto Interno Bruto mundial y 1 de cada 11 empleos está relacionado a esta importante industria. A nivel nacional se sabe que producto de las actividades turísticas se generan 180,000 empleos de forma directa y 460,0000 empleos dependen de forma indirecta del turismo. A su vez, este sector económico, desarrollado bajo criterios de sostenibilidad, tiene el enorme potencial de contribuir de forma significativa a promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, en donde de igual forma haya un beneficio en las áreas rurales
El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
El turismo es una actividad económica importante en el país, por ello cabe resaltar que, de los cinco destinos turísticos más visitados, cuatro son áreas protegidas siendo estas: Parque Nacional Volcán de Pacaya, Parque Nacional Río Dulce, Reserva de Uso Múltiple del Lago de Atitlán y el Parque Nacional Tikal, donde la biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible, esta ofrece oportunidades recreacionales a nacionales y extranjeros por sus valores genéticos, históricos, escénicos, recreativos, arqueológicos y protectores; además forma parte del patrimonio natural de todos los guatemaltecos.
El desarrollo del turismo en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP-, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental. Sin embargo, también representan una oportunidad para el desarrollo rural, a través de la posibilidad que brinda a las comunidades locales, dentro o alrededor de las áreas protegidas, de generar micros y pequeñas empresas dedicadas a la prestación de servicios turísticos. Según datos de 14 áreas protegidas, alrededor de 3,329 familias con pertinencia cultural indígena y mestiza se benefician de las áreas protegidas del SIGAP y su potencial para desarrollar actividades turísticas. Convirtiéndose así en gestoras de su propio desarrollo.
Para una reactivación económica en el eje turístico, en el corto o mediano plazo, es necesario prepararnos con protocolos que contengan lineamientos de higiene y seguridad para la prevención del COVID-19, en ese sentido, el CONAP ha apoyado en la capacitación de más de 300 personas sobre la Guía de Buenas Prácticas para la Prevención del COVID-19 en áreas protegidas. Esto es parte del apoyo a las comunidades locales en el marco de una reactivación económica.
“El turismo es la base esencial y de beneficio para las comunidades rurales; pronto podremos visitar las áreas protegidas, por el momento nos seguimos preparando para que cuando las áreas se vuelvan abrir al público se pueda garantizar las condiciones de higiene y seguridad, de esta forma poder contribuir a esta importante actividad económica para el país y recuperar juntos la Eterna Primavera”.Abraham Estrada, Secretario Ejecutivo.
El turismo empodera a las comunidades rurales, ofreciendo empleo y oportunidades, sobre todo para las mujeres y los jóvenes.
Para el año 2020 el Día Mundial del Turismo se celebra la capacidad excepcional del turismo para crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y preservar el patrimonio cultural y natural.
Bajo el lema de “Turismo y desarrollo rural”, la celebración internacional de este año llega en un momento crítico, cuando los países de todo el mundo miran al turismo para impulsar la recuperación económica y lo hacen también las comunidades rurales, donde el sector es un empleador importante y un pilar económico.
La edición del 2020 llega además cuando los Gobiernos ponen la vista en el sector para recuperarse de los efectos de la pandemia y a la vez que crece el reconocimiento del turismo al más alto nivel en las Naciones Unidas, “Para las comunidades rurales, los pueblos indígenas y otras muchas poblaciones históricamente marginadas, el turismo ha sido un vehículo de integración, empoderamiento y generación de ingresos” según el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo representa el 10% del Producto Interno Bruto mundial y 1 de cada 11 empleos está relacionado a esta importante industria. A nivel nacional se sabe que producto de las actividades turísticas se generan 180,000 empleos de forma directa y 460,0000 empleos dependen de forma indirecta del turismo. A su vez, este sector económico, desarrollado bajo criterios de sostenibilidad, tiene el enorme potencial de contribuir de forma significativa a promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, en donde de igual forma haya un beneficio en las áreas rurales
El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, con 349 áreas protegidas abarca actualmente más del 32% de la superficie del país. Este sistema alberga una muestra representativa y significativa de la biodiversidad de Guatemala, además de una parte considerable de su patrimonio cultural (histórico y arqueológico), atributos que son conservados bajo normativas vigentes y modalidades de conservación por medio de categorías de manejo previamente establecidas.
El turismo es una actividad económica importante en el país, por ello cabe resaltar que, de los cinco destinos turísticos más visitados, cuatro son áreas protegidas siendo estas: Parque Nacional Volcán de Pacaya, Parque Nacional Río Dulce, Reserva de Uso Múltiple del Lago de Atitlán y el Parque Nacional Tikal, donde la biodiversidad constituye la base para el desarrollo del turismo sostenible, esta ofrece oportunidades recreacionales a nacionales y extranjeros por sus valores genéticos, históricos, escénicos, recreativos, arqueológicos y protectores; además forma parte del patrimonio natural de todos los guatemaltecos.
El desarrollo del turismo en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas –SIGAP-, tiene un enfoque de sostenibilidad y es una herramienta para promover el logro de los objetivos de conservación de las áreas protegidas, a través de la generación de recursos financieros, la participación comunitaria y la sensibilización ambiental. Sin embargo, también representan una oportunidad para el desarrollo rural, a través de la posibilidad que brinda a las comunidades locales, dentro o alrededor de las áreas protegidas, de generar micros y pequeñas empresas dedicadas a la prestación de servicios turísticos. Según datos de 14 áreas protegidas, alrededor de 3,329 familias con pertinencia cultural indígena y mestiza se benefician de las áreas protegidas del SIGAP y su potencial para desarrollar actividades turísticas. Convirtiéndose así en gestoras de su propio desarrollo.
Para una reactivación económica en el eje turístico, en el corto o mediano plazo, es necesario prepararnos con protocolos que contengan lineamientos de higiene y seguridad para la prevención del COVID-19, en ese sentido, el CONAP ha apoyado en la capacitación de más de 300 personas sobre la Guía de Buenas Prácticas para la Prevención del COVID-19 en áreas protegidas. Esto es parte del apoyo a las comunidades locales en el marco de una reactivación económica.
“El turismo es la base esencial y de beneficio para las comunidades rurales; pronto podremos visitar las áreas protegidas, por el momento nos seguimos preparando para que cuando las áreas se vuelvan abrir al público se pueda garantizar las condiciones de higiene y seguridad, de esta forma poder contribuir a esta importante actividad económica para el país y recuperar juntos la Eterna Primavera”. Abraham Estrada, Secretario Ejecutivo.
El turismo empodera a las comunidades rurales, ofreciendo empleo y oportunidades, sobre todo para las mujeres y los jóvenes.
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