El maíz es el principal cultivo y con la mayor superficie de siembra del país; es la base de la seguridad alimentaria, por ello en el año 2011 se le declaró Patrimonio Cultural de la Nación y se estableció el Día Nacional del Maíz y en ese marco el Proyecto Bioseguridad CATIE-CONAP realiza diferentes actividades que promueven la protección, valoración, repoblación e investigación de las dos especies de maíz silvestre que hay en el país, los cuales son considerados como los ancestros que dieron origen al maíz cultivado.
A nivel mundial, el maíz se constituye en uno de los tres principales cultivos básicos de la agricultura mundial, contribuyendo así a la alimentación de la humanidad. En el año 2020, Guatemala produjo 1.91 millones de toneladas de maíz, con un 90% de producción correspondiente al maíz de grano blanco y 10% de maíz de grano amarillo.
El maíz también representa la cultura e identidad; forma parte de la cosmovisión maya, ya que alrededor del cultivo del maíz y la milpa hay un cúmulo de conocimientos y prácticas que se han transmitido de generación a generación, por medio del cual se fomentan relaciones sociales y se conserva la biodiversidad.
Estudios demuestran que el centro de origen y diversidad del maíz es Mesoamérica, en las partes altas de México y Guatemala. Hace aproximadamente 8,000 años, nuestros ancestros descubrieron una planta silvestre que hoy día conocemos como teocintle, y fue domesticada con el paso del tiempo.
Después de miles de años, con la intervención de los agricultores y con la aplicación de técnicas de selección y otras prácticas, se logró la domesticación del maíz. Actualmente se cuenta con una variedad de maíces con diferentes características desde el color, tamaño, textura en los alimentos y otras más.
En Guatemala hay dos especies de teocintle. El teocintle de la región huista es conocido en el idioma popti como salik’, también se le conoce como milpa de rayo o madre maíz. Su nombre científico es Zea may subsp. huehuetenangensis. Se distribuyen en los municipios de Jacaltenango, Santa Ana Huista y San Antonio Huista, del departamento de Huehuetenango.
La otra especie de nombre técnico Zea luxurians, se encuentra en la región oriente de Guatemala, entre los departamentos de Jalapa, Jutiapa y Chiquimula. Ha sido introducida en países europeos y Brasil, y se reconoce como teocintle de Guatemala o teocinte Florida.
Los teocintles se distinguen por tener tallos ramificados, mazorcas pequeñas con una sola hilera de granos. Por ejemplo, en promedio da 55 mazorcas por planta, pero cada mazorca consiste en una sola hilera. Por hilera se pueden encontrar aproximadamente 5 granos y el color de la semilla es café.
Mientras que en el maíz cultivado, es de tallo simple, la cantidad de mazorcas es de 1 a 2 por planta, y dependiendo la variedad, el tamaño de la mazorca varía entre 10 a 36 cm de longitud, de 400 a 1000 granos por mazorca, y la variedad de colores de granos van desde blanco, rojo, amarillo o negro, hasta tonalidades de azul.
Las poblaciones de teocintle han disminuido en los últimos años debido al uso de herbicidas y por cambio del uso del suelo, ya que áreas que albergaban estas especies, ahora son guatales, potreros, hay cultivos de café, hortalizas y maíz, y se ha expandido la urbanización. Afortunadamente se han ido sumando esfuerzos para la recuperación y conservación de estas especies.
Los teocintles juegan un papel importante en la conservación de nuestro maíz cultivado, porque son un recurso genético importante para procesos de mejoramiento de la especie y pueda ser aprovechado por las comunidades locales. Por ello adoptar medidas para la recuperación y conservación de los teocintles en Guatemala es una tarea conjunta de instituciones, academia y sociedad civil.
El conocimiento sobre los teocintles permite tomar conciencia sobre su valor y sumar esfuerzos para conservar este patrimonio biológico y cultural para las presentes y futuras generaciones.
Por ello, del 8 al 11 de agosto personal del CONAP, CATIE, CUNSORORI realizaron una serie de actividades como la visita de estudiantes de nivel primario y secundaria al CUNSORORI, para conocer el maíz silvestre Zea luxurians. También se presentó la estrategia de conservación y uso sostenible del maíz silvestre al personal de la regional sur oriente del CONAP y se entregó ejemplares para su distribución en la región. Estos espacios de participación ciudadana permiten sensibilizar, revalorizar y reconocer de la presencia del maíz silvestre en el oriente del país, como parte del patrimonio biológico y cultural de nuestro país.
Continuamos trabajando por la diversidad biológica y las áreas protegidas.
El maíz es el principal cultivo y con la mayor superficie de siembra del país; es la base de la seguridad alimentaria, por ello en el año 2011 se le declaró Patrimonio Cultural de la Nación y se estableció el Día Nacional del Maíz y en ese marco el Proyecto Bioseguridad CATIE-CONAP realiza diferentes actividades que promueven la protección, valoración, repoblación e investigación de las dos especies de maíz silvestre que hay en el país, los cuales son considerados como los ancestros que dieron origen al maíz cultivado.
A nivel mundial, el maíz se constituye en uno de los tres principales cultivos básicos de la agricultura mundial, contribuyendo así a la alimentación de la humanidad. En el año 2020, Guatemala produjo 1.91 millones de toneladas de maíz, con un 90% de producción correspondiente al maíz de grano blanco y 10% de maíz de grano amarillo.
El maíz también representa la cultura e identidad; forma parte de la cosmovisión maya, ya que alrededor del cultivo del maíz y la milpa hay un cúmulo de conocimientos y prácticas que se han transmitido de generación a generación, por medio del cual se fomentan relaciones sociales y se conserva la biodiversidad.
Estudios demuestran que el centro de origen y diversidad del maíz es Mesoamérica, en las partes altas de México y Guatemala. Hace aproximadamente 8,000 años, nuestros ancestros descubrieron una planta silvestre que hoy día conocemos como teocintle, y fue domesticada con el paso del tiempo.
Después de miles de años, con la intervención de los agricultores y con la aplicación de técnicas de selección y otras prácticas, se logró la domesticación del maíz. Actualmente se cuenta con una variedad de maíces con diferentes características desde el color, tamaño, textura en los alimentos y otras más.
En Guatemala hay dos especies de teocintle. El teocintle de la región huista es conocido en el idioma popti como salik’, también se le conoce como milpa de rayo o madre maíz. Su nombre científico es Zea may subsp. huehuetenangensis. Se distribuyen en los municipios de Jacaltenango, Santa Ana Huista y San Antonio Huista, del departamento de Huehuetenango.
La otra especie de nombre técnico Zea luxurians, se encuentra en la región oriente de Guatemala, entre los departamentos de Jalapa, Jutiapa y Chiquimula. Ha sido introducida en países europeos y Brasil, y se reconoce como teocintle de Guatemala o teocinte Florida.
Los teocintles se distinguen por tener tallos ramificados, mazorcas pequeñas con una sola hilera de granos. Por ejemplo, en promedio da 55 mazorcas por planta, pero cada mazorca consiste en una sola hilera. Por hilera se pueden encontrar aproximadamente 5 granos y el color de la semilla es café.
Mientras que en el maíz cultivado, es de tallo simple, la cantidad de mazorcas es de 1 a 2 por planta, y dependiendo la variedad, el tamaño de la mazorca varía entre 10 a 36 cm de longitud, de 400 a 1000 granos por mazorca, y la variedad de colores de granos van desde blanco, rojo, amarillo o negro, hasta tonalidades de azul.
Las poblaciones de teocintle han disminuido en los últimos años debido al uso de herbicidas y por cambio del uso del suelo, ya que áreas que albergaban estas especies, ahora son guatales, potreros, hay cultivos de café, hortalizas y maíz, y se ha expandido la urbanización. Afortunadamente se han ido sumando esfuerzos para la recuperación y conservación de estas especies.
Los teocintles juegan un papel importante en la conservación de nuestro maíz cultivado, porque son un recurso genético importante para procesos de mejoramiento de la especie y pueda ser aprovechado por las comunidades locales. Por ello adoptar medidas para la recuperación y conservación de los teocintles en Guatemala es una tarea conjunta de instituciones, academia y sociedad civil.
El conocimiento sobre los teocintles permite tomar conciencia sobre su valor y sumar esfuerzos para conservar este patrimonio biológico y cultural para las presentes y futuras generaciones.
Por ello, del 8 al 11 de agosto personal del CONAP, CATIE, CUNSORORI realizaron una serie de actividades como la visita de estudiantes de nivel primario y secundaria al CUNSORORI, para conocer el maíz silvestre Zea luxurians. También se presentó la estrategia de conservación y uso sostenible del maíz silvestre al personal de la regional sur oriente del CONAP y se entregó ejemplares para su distribución en la región. Estos espacios de participación ciudadana permiten sensibilizar, revalorizar y reconocer de la presencia del maíz silvestre en el oriente del país, como parte del patrimonio biológico y cultural de nuestro país.
Continuamos trabajando por la diversidad biológica y las áreas protegidas.
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